jueves, 24 de julio de 2014

En el gueto de Varsovia

Durante la Segunda Guerra Mundial, durante el Holocausto, los nazis crearon en el centro de la capital polaca el mayor gueto judío de toda Europa, siendo concebido principalmente como campo de transito hacia los campos de exterminio. 



Llego a albergar a más de 400,000 personas, obligadas a vivir en espantosas condiciones, al principio los judíos no pensaron en resistirse a ser enviados desde allí al campo de exterminio, pues pensaban que se les enviaba a campos de trabajo, pero cuando ya solo quedaban unos 60,000, pues el resto ya había muerto por las penosas condiciones en que se les hacia vivir o ya habían sido deportados a las cámaras de gas, tanto el hecho de que no se volvía a tener noticias de los que ya se habían enviado, como comentarios escuchados a los soldados que los vigilaban, los prisioneros del gueto comprendieron que a donde se les enviaba no era a campos de trabajo precisamente.



El 18 de enero de 1943, ante nuevas ordenes de envíos a los campos, y ya sabiendo lo que eso significaba, los judíos se rebelaron y eso obligo a que durante un tiempo las deportaciones desde el gueto a los campos de exterminio se pararan, quedando el gueto bajo control judío. Por supuesto eso no podía durar mucho.

Los nazis se retiraron pero pidieron refuerzos.

En la noche del 19 de abril de 1943 los alemanes pasaron al ataque.

2000 soldados, 800 SS y casi 400 colaboracionistas polacos, Armados hasta los dientes con tanques y artillería pesada incluida,

La resistencia judía contaba con unos mil hombres, mal armados, pistolas, algún puñado de viejos fusiles, una sola ametralladora, explosivos caseros, granadas que lograron entregarle los de la resistencia polaca, cócteles molotov... y muchisima menos munición de la que acabarían necesitando.



Y, pese a la brutal diferencia de fuerzas, una vez más, los nazis terminan en retirada ante los judíos.

Eso cabrea a los altos mandos nazis y determinan sustituir al comandante de las fuerzas nazis por un tal Jürgen Stroop, que era un especialista en luchar contra la táctica de guerrillas que como es lógico usaban los judíos. Cuatro días más tarde la resistencia judía estaba aun en pie pero ya vencida por las fuerzas nazis, a partir de ese momento dicha resistencia paso de ser efectiva a ya solo testimonial, aunque sospecho que no se debió tanto a la efectividad de la nueva táctica alemana como por que al ir quedando sin munición poca resistencia se puede hacer me parece a mi. Pese a ello los judíos siguen luchando y los nazis terminan por no atreverse a atacar de noche, prefieren limitarse a seguir demoliendo el gueto e incendiandolo, casa a casa y calle a calle, acorralando cada vez más a los judíos.



El 16 de mayo todo ha terminado, no queda en pie un edificio en el gueto y se decide simbolizar su destrucción y de los judíos de Varsovia demoliendo la sinagoga pese a que se encontraba fuera del gueto.



Según fuentes alemanas unos 13.000 judíos murieron durante ese levantamiento y casi 59.000 fueron capturados y enviados a campos de concentración.



¿Por qué he contado todo esto?
Pues por que fuera o no el propio Jürgen Stroop quien realizo una serié de fotografías para un reportaje que envió a Himmler el caso es que gracias a ese reportaje existen las fotografías que he ido mostrando mientras lo contaba y quizá sea fácil que pase desapercibido algo que sin embargo quiero destacar.

En una de las fotografías aparece algo que el horror que relata puede ocultar al primer vistazo...

Son solo un hombre y una mujer, una pareja, tendidos sobre el suelo. Pero son mucho más...

El pasa el brazo por encima del hombro de ella, ella se alza sobre el hombre tendido a la vez que alza el rostro de él hacia el de ella. No esta la mujer simplemente dejandose abrazar, aceptando un abrazo a modo de emocional protección.



Claro que desea protección, pero hay algo que anhela aun más. La protección del compañero o no tendría su cuerpo alzándose sobre el de él hasta el punto de que necesita alzar el rostro de él para que alcance el rostro de ella, pero alzando si bajo el de ella.

Que en momentos como ese, de tamaña barbarie, el amor pueda lograr que un ser humano haga eso por otro, que haya alguien que lo haga es el tipo de cosa que me lleva a admirar a la humanidad, aun cuando sea capaz a la vez de realizar atrocidades como las que entonces y aun a veces ocurren.

No sé como como se llamaba esa mujer, no sé como termino sus días, pero sí sé que el hombre al que abraza es un hombre afortunado y que cualquiera que la haya conocido, ya solo por el hecho de haberla conocido, es también una persona afortunada. Bien vale la pena morir en una cámara de gas si a cambio has podido tener en la vida una mujer como esa cerca y te ha sonreído.

En cambio lo que ella esta pasando y que haya podido morir en una de esas cámaras... Eso sí que no tiene perdón.

Aunque Jürgen Stroop en los informes oficiales que envío calificaba de “bandidos” a los que simplemente luchaban por evitar que los asesinaran y de “subhumanos” a esta mujer y el hombre al que abraza... pese a ello... el hecho de que esa mujer existió justifica la existencia misma del mundo, de la humanidad y de la vida misma.





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