No soporto a los hombres sexistas y por lo tanto espero que nadie
me reproche que tampoco soporte a las mujeres sexistas.
Llamo sexismo a la creencia, firme, de que todo hombre, por el
mero hecho de haber nacido hombre, siente, piensa y actúa de un modo
determinado y común a todos los hombres y a la vez opuesto o cuando
menos diferente a como siente una mujer, ya que a su vez toda mujer,
sin excepción, por haber nacido mujer siente, piensa y actúa de un
modo peculiar, que todas las mujeres comparten y que para nada es la
forma de sentir, pensar y actuar de los hombres.
Hasta el día de hoy jamás he encontrado un sexista, hombre o
mujer da igual, que no crea a su vez que ello ocasiona lo que algunos
llaman la guerra de los sexos, es decir, que desde que la humanidad
existe los humanos vivimos socialmente en permanente guerra civil,
intentando cada sexo dominar al otro. Y, que tal lucha forma parte de
nuestros genes. A lo que añaden que toda relación de pareja,
sentimental, entre un hombre y una mujer no es en esencia otra cosa
que una lucha por ver cual de los dos logra dominar al otro. Siendo,
por ello, imposible, y tanto social como sentimentalmente, una
relación de igual a igual entre seres humanos de diferente sexo.
Este verano he tenido diversos encuentros con sexistas. Desde el
sexista que defiende que el machismo era y es una forma zafia de
evitar que los hombres vivan bajo el yugo de las mujeres, ya que, por
naturaleza, pura biología, de no estar dominadas por los hombres las
mujeres, todas, trataran que sean los hombres los que vivan
dominados. Hasta la sexista que pese a formar parte de un proyecto
literario, bloguero más bien, que varios y varias tenemos en común,
no puede pasarme ni para coordinarnos su número de teléfono, ya que
yo soy hombre y ella mujer y que tiene el sexismo tan pero tan
asumido que en sus 43 años de edad le ha dado tiempo a encontrar un
montón de amigas pero ni un solo amigo. Y, encima me suelta que
pretender tener amistad, por parte de una mujer, con un hombre es
peligroso ya que va contra natura y que ese es un disparate en el que
se enorgullece de no estar dispuesta a caer. Por lo que si la quiero
llamar y quedar que lo haga, pero a través de su primo, ya que él es
familia y por lo tanto no pasa nada por que sea hombre.
El colmo ha sido hoy. Que una pareja de novios conocidos nuestros
anda peleada y otra sexista se pone a darle consejos, en tono
impositivo, a la novia sobre como hacer para tener dominado al novio
y evitar de esa forma los enfados y que se resume en un hacer como
que no te interesa para de esa forma despertar el interés de él y
bajo ningún concepto permitir que te note interesada ya que en ese
caso el, por naturaleza, se desentenderá.
Tanto presionaba a la pobre novia para que aceptara sus consejos,
que, pese a que he renunciado a lograr que un sexista sea capaz algún
día de ver personas en lugar de estereotipos, me sentí obligado a
participar en la conversación.