miércoles, 9 de septiembre de 2015

Sexismo

No soporto a los hombres sexistas y por lo tanto espero que nadie me reproche que tampoco soporte a las mujeres sexistas.

Llamo sexismo a la creencia, firme, de que todo hombre, por el mero hecho de haber nacido hombre, siente, piensa y actúa de un modo determinado y común a todos los hombres y a la vez opuesto o cuando menos diferente a como siente una mujer, ya que a su vez toda mujer, sin excepción, por haber nacido mujer siente, piensa y actúa de un modo peculiar, que todas las mujeres comparten y que para nada es la forma de sentir, pensar y actuar de los hombres.

Hasta el día de hoy jamás he encontrado un sexista, hombre o mujer da igual, que no crea a su vez que ello ocasiona lo que algunos llaman la guerra de los sexos, es decir, que desde que la humanidad existe los humanos vivimos socialmente en permanente guerra civil, intentando cada sexo dominar al otro. Y, que tal lucha forma parte de nuestros genes. A lo que añaden que toda relación de pareja, sentimental, entre un hombre y una mujer no es en esencia otra cosa que una lucha por ver cual de los dos logra dominar al otro. Siendo, por ello, imposible, y tanto social como sentimentalmente, una relación de igual a igual entre seres humanos de diferente sexo.



Este verano he tenido diversos encuentros con sexistas. Desde el sexista que defiende que el machismo era y es una forma zafia de evitar que los hombres vivan bajo el yugo de las mujeres, ya que, por naturaleza, pura biología, de no estar dominadas por los hombres las mujeres, todas, trataran que sean los hombres los que vivan dominados. Hasta la sexista que pese a formar parte de un proyecto literario, bloguero más bien, que varios y varias tenemos en común, no puede pasarme ni para coordinarnos su número de teléfono, ya que yo soy hombre y ella mujer y que tiene el sexismo tan pero tan asumido que en sus 43 años de edad le ha dado tiempo a encontrar un montón de amigas pero ni un solo amigo. Y, encima me suelta que pretender tener amistad, por parte de una mujer, con un hombre es peligroso ya que va contra natura y que ese es un disparate en el que se enorgullece de no estar dispuesta a caer. Por lo que si la quiero llamar y quedar que lo haga, pero a través de su primo, ya que él es familia y por lo tanto no pasa nada por que sea hombre.

El colmo ha sido hoy. Que una pareja de novios conocidos nuestros anda peleada y otra sexista se pone a darle consejos, en tono impositivo, a la novia sobre como hacer para tener dominado al novio y evitar de esa forma los enfados y que se resume en un hacer como que no te interesa para de esa forma despertar el interés de él y bajo ningún concepto permitir que te note interesada ya que en ese caso el, por naturaleza, se desentenderá.

Tanto presionaba a la pobre novia para que aceptara sus consejos, que, pese a que he renunciado a lograr que un sexista sea capaz algún día de ver personas en lugar de estereotipos, me sentí obligado a participar en la conversación.

domingo, 12 de abril de 2015

LA MUJER QUE YO AMO

El post anterior me lleva a dejar claro algo que es esencial en la mujer que yo pueda amar.

Necesito que sea ella una mirada abierta, al mundo y a la vida: Que todas sus creencias, hasta aquellas que le sean más importantes, esenciales, sagradas, fundamentales, sean creencias que este dispuesta a abandonarlas si descubre otras mejores y que instintivamente este su mirada y su mente abiertas a encontrar esas nuevas y más adecuadas creencias.


Que no sepa, que le sea imposible, emitir juicio alguno sin antes escuchar todas las partes implicadas.


Que prefiera el reino de la duda antes que el de la fe: Que no le aterre vivir entre las dudas, que sepa en cambio alimentarse en ellas. Que no necesite la fe para caminar por la vida, que hasta el último poro de su piel sepa que la fe nunca deja de ser una jaula, a veces con barrotes de oro, es cierto, pero jaula al fin y al cabo y a veces pura y simple trampa, mera emboscada que te tiende la vida.


Que en toda moneda sepa y quiera ver las dos cara y en toda joya las mil facetas.




Que prefiera descubrir que esta equivocada antes que seguir equivocada. Que tema al error, no descubrir el error.


Que sepa mirar de frente la oscuridad y que a la vez la respete como una parte más de la vida. Que comprenda que toda sombra nace de la luz y no de la oscuridad, que comprenda, sienta, que la única oscuridad real es lo invisible, lo que no vemos, lo que se nos escapa y que no hay mayor oscuridad que el no querer ver. Que por ello se sienta atraída por la oscuridad, ansié penetrar en ella, pues allá donde ella va lleva consigo su propia luz y esa luz ilumina la oscuridad y hace visible lo invisible.


Que no revista su alma de creencias ajenas, solo por que mil voces le hayan dicho que eso es lo que debe hacer y la puerta de entrada para ser aceptada como una más.


Que le guste conocerse, incluso conocer sus defectos, que no los tema, que los cace y luego mire si la incomodan o no, si se interponen en su camino o no, si le gustan o disgustan. Y, entonces, pero solo entonces, decida que hacer con ellos, si conservarlos o cambiarlos y decida, sí, cambiar todos los que la aten, la encadenen, la debiliten, le resten opciones, posibilidades, de alcanzar las metas que ella misma se marque. Pero solo por eso, por que sus metas no son siempre fáciles de alcanzar y su rutas, sus caminos, sus sendas no se recorren con pies lastrados, encadenados, atados. Y, son, esas, sus metas, su vida, pues no es su vida un lapso en el tiempo si no aquello que ella hace, siente y vive durante ese tiempo. Su vida no se puede medir en días, ni en horas, ni en años; su vida son sus metas, los caminos que recorre para llegar a ellas, el modo en que los recorre y lo que se va encontrando, descubriendo, aprendiendo mientras los recorre.


Pero sus otros defectos, esos que no son lastre, ni trampa, ni cadena, esos otros que en realidad no son defectos, que los ame si no la disgustan.


Que sepa ver como el mar cobija en sus seno a las montañas y a la vez baila en sus cumbres, y sepa, realmente, entender lo que acabo de decir pero no por que lo haya dicho yo, si no por que lo ha visto ella así y por ello lo sabe. Pues nada es yang, ni nada es yin, pero todo es yang y todo es yin. Y, su mirada, profunda, lo ve.




Por ello necesito que sepa y pueda ver la presencia del pasado, del presente y del futuro en la mirada de un niño que fue y a ese niño en la mirada del anciano que es ahora ese niño.
Y, viva, que todo lo existente lo es gracias a todo lo demás que existió, dentro de todo lo que existe y siendo parte esencial de todo lo que llegara a existir. Ella misma incluida. Y, que por ello nada humano le sea ajeno y nada real le sea extraño.


Que su belleza no sea la clase de belleza que el tiempo puede marchitar, si no esa otra belleza, misteriosa, intocable con los dedos de la mano y que brilla y brillara incluso cuando la muerte enamorada le llegué y no se la pueda llevar.

sábado, 28 de marzo de 2015

DIE MOORSOLDATEN y el blog

Al mirar el blog veo que se me va quedando bastante tétrico, no es, claro, lo que deseo que suceda. Pero por el momento tampoco le veo solución. Son precisamente las circunstancias trágicas de sus vidas lo que no solo ha hecho posible que la personalidad de mujeres como Roza Shanina, Trauld Junge, Sofía Scholl o Irena Sendler hayan destacado sobre la de otras, si no que también son la causa de que yo haya llegado a tener noticias de su existencia.


Otras, en circunstancias felices, o no pasan a convertirse en personalidades publicas o no tiene ocasión de mostrar tener esos rasgos en su personalidad.


Pensando sobre ello he terminado pensando en algo ya no directamente relacionado con el blog.


Relacionado con los campos de concentración. Con sus victimas.


En como vivieron aquella experiencia, todos, durante ella, y tras ella los que la lograron sobrevivir.


Entiendo que los supervivientes, por regla general, prefirieran enterrar sus recuerdos en el silencio. Fueron experiencias demasiado traumaticas para hablar de ellas a quienes no las compartieron y por dos motivos. Uno que son difíciles o imposibles de entender por aquellos que no las vivieron en primera persona y dos que abren heridas en el recuerdo y en las que resulta muy doloroso hurgar.


Comprendo que sus hijos “notaran” que se prefería el silencio y colaboraran con él, simplemente no haciendo preguntas a sus padres. También que los nietos, al contrario que los hijos, sientas más libertad para hacer esas preguntas y menos trabas a buscar saber lo que ocurrió. Y, que por lo tanto son más los nietos que los hijos los que puede que estén ayudando a sus abuelos a expresar en palabras lo que fue aquello, tarea esta que me parece esencial para que las victimas, las familias de las victimas y la sociedad en su conjunto pueda comenzar realmente a superar los traumas que han dejado esas experiencias.


Pero...
No se trata solo de recordar y contar para un “que no se vuelva a repetir”.
Lo que voy decir ahora puede ser tremendamente mal interpretado, pero creo que lo debo decir:


No basta con recordar, hay que “saber recordar”. “Saber mirar”.
Lo voy intentar expresar hablando de una canción. No se me ocurre mejor modo.
No es una canción cualquiera, es Die Moorsoldaten.


La canción Die Moorsoldaten nació en los campos de concentración nazis, repletos en aquellos momentos de opositores al nazismo, sobre todo socialistas y liberales. Desde allí termino extendiéndose a todos los campos incluidos los de exterminio. Sus creadores fueron prisioneros de esos campos, es originalmente una canción triste, inspirada en el sufrimiento diario de esos prisioneros, que termino, en cierto modo sirviendo de himno no oficial de los prisioneros de aquellos campos.




Aun de vez en cuando se escucha esa canción y de ella existen distintas versiones, muchas fácilmente encontrables en Internet. Pero con su popularizacion han surgido versiones alegres de dicha canción y eso ha despertado una polémica pues resulta que hay personas que las consideras poco respetuosas con las victimas.





¿Donde esta la falta de respecto?


Yo no la veo.


Me gustan sus versiones tristes, pero no entiendo que se vea como irrespetuosa la alegría.


Hay que llorar las victimas, lo que se les hizo, pero que nos prohibe o desaconseja celebrar la victoria sobre sus asesinos y torturadores?


Considero que solo si el nazismo hubiera triunfado y dominara hoy el planeta sería, entonces, irrespetuoso dar un tono alegre a la canción. Pero yo no veo incompatible llorar por la mañana a las victimas y celebrar por la tarde que sus verdugos fueron derrotados.


Esa derrota llego demasiado tarde para muchas de las victimas pero a tiempo de evitar aun muchisimas más.


Ser incapaz de cantar alegremente esa canción me parece señal de que aun se sigue prisionero de esos campos, ser capaz por el contrario me parece que aun en el caso de haber sido uno de esos prisioneros no solo se ha logrado sobrevivir si no que se ha logrado SALIR.


Ese salir, no es un salir que olvida lo ocurrido, si no un salir sin dejar atrás el recuerdo pero que lo recuerda todo, recuerda como se entro, que sucedió dentro y que pese a todo se ha salido y como se ha salido.


Nos recuerda que luchar contra aquello valió la pena, y que si alguna vez aquello vuelve a ocurrir se necesitara de nuevo luchar y por supuesto se luchara.


Die Moorsoldaten en su versión original y similares nos recuerda lo que ocurrió, pero en su versión alegre nos recuerda a su vez como termino y eso es algo que también ha ocurrido y que es esencial recordar: Nunca debemos olvidar como termino todo aquello y el precio que hubo que pagar para que terminara y que aun así valió la pena pagar ese precio. En su versión alegre Die Moorsoldaten festeja la derrota del nazismo, la salida de los campos y honra a todos aquellos que dieron la vida o se la jugaron para que en efecto los campos terminaran siendo solo historia que no se debe volver a repetir.


Y, el tipo de mujer que yo amo... tiene que saber mirar. Saber abrir los ojos, ver todo lo que hay, el dolor de las victimas, la derrota de sus verdugos y el heroismo de quienes hicieron posible esa derrota y esa victoria.




Tiene que saber llorar y tiene que saber reír y saber ver y aceptar las dos caras de la moneda: el luto y la fiesta. Y, no conozco mejor forma para festejar la derrota del nazismo que con esa canción tocada del modo adecuado a ese fin.


viernes, 23 de enero de 2015

Una conversación sobre el amor

Recientemente alguien me viene a decir que nada que se haga por amor puede estar mal hecho, algo hay en el amor que garantiza la inocencia de los realizados por amor.

Ya lo tengo oído antes, y aunque no deseo entrar en vana discusión sobre el tema con quién tanta fé tiene en el mito del amor... no me doy resistido a responder, a sus palabras, con un poco de lo que pienso.

Pero aquí puedo ser más libre y no medir tanto mis palabras...

Ya dijo S. Agustín “ama y haz lo que quieras” como si en verdad bastara con amar para no poder obrar mal. Pero, y aunque lo lamento mucho no doy recordado quién fue él que lo dijo, también esta dicho que el camino al infierno esta asfaltado de buenas intenciones.

He visto incluso vidas totalmente destrozadas por actos bien intencionados, pero mal dirigidos, realizados por personas que amaban sobre la vida de la persona amada con o sin permiso de esa persona. Y, no miento si digo que ya he perdido la cuenta de cuantas han sido.

El amor es una fuerza inmensa. Pero las fuerzas fuerzas son y no otra cosa. Las fuerzas empujan, quieren, buscan, hacen... Pero solo son fuerzas.

Una fuerza mal guiada, mal conducida, mal dirigida, mal encauzada, mal enfocada, mal guiada puede ser tan peligrosa como lo sea su propio tamaño, su propio peso, su propio poder. Es fácil de entender: no es igual de peligrosa una bicicleta conducida por un borracho sobre el campo del patio de atrás que un camión a 100 Km por hora en la carretera de enfrente y conducido por ese mismo borracho.

El amor si no va acompañado de una buena perspectiva de la realidad puede ser muy peligroso para la persona amada. Y, para uno mismo/a por supuesto.

Es mucho más seguro ser ayudados por alguien que no nos ama pero decide ayudar y sabe lo que hace que por alguien que nos ama pero no tiene ni idea de lo que esta haciendo. Y, eso lo sabemos todos cuando, por ejemplo, nos ponemos en manos de un dentista. “¡Mi abuelita me quiere muuuuuucho, pero mejor que me empaste la muela él que mi abuelita!”



Y, la realidad, pienso yo, es que por muy grande y poderoso que el amor sea... puede tan solo lo que la mucha o poca sabiduría le deja poder.

Amar y solo amar no es suficiente.

lunes, 5 de enero de 2015

Un 24 de diciembre

Sucedió hace mucho, tanto que ya no le sé atribuir un año.

Aquella tarde, de un 24 de diciembre, una amiga y yo, caminando, charlabamos, entonces, no recuerdo el motivo, ella me dijo algo. Menciono a alguien y que ese alguien se había casado.

La que se caso fue la mujer de la que yo estaba enamorado. El modo en que pase aquella noche ni puedo, ni quiero, intentar que quede reflejado aquí. Sé cuales son los limites del lenguaje y que hay cosas que ni se pueden ni deben contar.

A efectos del blog, y de lo que me interesa, solo importa decir lo siguiente:

Aquella tarde y lo que me trajo aquellos días es algo que un piadoso “noséloque” borra su recuerdo de mi consciencia, nada más acabar las Navidades, y sin tener consciencia de tal recuerdo vivo el resto del año, hasta que de nuevo llega otro 24 de Diciembre y al poco rato de terminar de comer regresa a mi consciencia el recuerdo... Una y otra vez, año tras año, el ciclo se repite: recuerdo y vuelvo a olvidar que recuerdo.

Ignoro que va pasar ahora, que lo escribo y publico. Quizá por ello, esta vez, el “noséloque”, nada pueda por aliviarme un poco la cosa. Pero da igual. Lo tengo que escribir y publicar por que todo cambia en la vida y el objetivo del blog también ha cambiado y sería autoengañarme pretender disimular.

El blog no era más que un modo de recordarme: existen, son y dado que existen y son la vida vale la pena.

Ahora va ser otra cosa: un regalo, una herramienta; que quizá no sirva de nada ni llegue a donde quiero que llegue, pero que, aun así lo tengo que intentar.



De un modo que no preveía pero dado que todo cambia también ha cambiado el blog. Que ha tenido un principio y tendrá, espero, un claro final y cuando ese momento llegue sé lo que tengo que hacer con él.


martes, 2 de diciembre de 2014

Roza Shanina

La Sargento Roza Shanina lucho durante la IIGM como francotiradora del ejercito soviético contra los alemanes. Destaco en ese papel, gracias a lo cual llegue a saber de su existencia.

Ella

Aquellos que vivieron con ella la describen como energética y alegre, sociable y elocuente, volcada en los demás y un ego al que califican de “inexistente”.

Tiempos de paz

Nace en Yedma el 3 de Abril de 1924, su madre es niñera, leñador su padre, tiene una hermana y cuatro hermanos.

Para poder realizar sus estudios secundarios en Bereznik tenía que caminar diariamente 13 kilómetros; además allí cuidaba los sábados de una tía enferma.

Con 14 años y contra la voluntad de sus padres camina los 200 kilómetros que la separan de la estación de tren para poder ir a estudiar al instituto de Arkhangelsk, allí vive en principio con un hermano y luego se traslada a los dormitorios del instituto. En ocasiones regresaba de visitar a sus amigos sobre las 2 o 3 de la noche, hora en la que los dormitorios ya estaban cerrados, usaba entonces para acceder a ellos una cuerda echa con sabanas que le tendían sus compañeros.


Se hace miembro del Komsomol, una organización de la juventud comunista y propiciada por el propio gobierno.

La guerra


En los meses iniciales de la invasión alemana colabora en funciones de vigilancia y contra incendios, dado que pese a la distancia la aviación alemana ataca la ciudad.

Su hermano Mikhail muere defendiendo Leningrado.

Ella y sus dos hermanos mayores se alistan.

Pese a que la desesperada situación obligo a permitir el alistamiento de las mujeres a ella la aceptan a regañadientes. Y, no recibe entrenamiento militar en serio hasta que pasa un año y medio de su alistamiento.
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Solicita entonces, reiteradamente, que la acepten en la academia militar de francotiradoras, hasta que lo consigue. Allí se gradúa con honores y le ofrecen un puesto de instructora el cual rechaza para poder ir a primera linea.

En 1944 entra en combate y abate a su primer alemán el 5 de abril de ese año. El numero total de los que terminaría abatiendo, a efectos del blog, da igual; lo que importa es como se comporto en ese tiempo y lo que ese comportamiento nos puede decir sobre ella:

Pese a que estaba prohibido escribe un diario contando su experiencia en esos meses, dada la posibilidad de que el diario terminara en manos alemanas trata de no dar información en él que les sea útil a ellos o la disimula usando un mini código personal.

En varias ocasiones desobedece las ordenes de que se retire, permaneciendo en primera linea para dar apoyo a sus compañeros; llegando a ser sancionada por eso, pero sin que se le haga un juicio militar por ello.

Cuando es herida, en un hombro, tras una corta convalecencia insiste en regresar ya al frente, hasta que acaba obteniendo el permiso. Como dato curioso y para mi significativo (creo en esas cosas) ella escribe que esa herida le fue profetizada el día anterior y en ese lugar por un sueño.

“Retornaré a la batalla”, fue un dicho suyo, que en ocasiones de ese tipo, reitero tantas veces que termino haciéndose popular y acabo formando el titulo de un libro de Nikolai Zhuravlyov  llamado Retornando a la Batalla.

Solicito reiteradamente ser destinada a los exploradores, sin éxito; por lo que acabo escribiendo al propio Stalin, en dos ocasiones, para que se lo permitieran aunque sin que él le hiciera ningún caso.

Le gustaba cantar “Oy tumany moi, rastumany” mientras limpiaba su mosin, que si no entiendo mal era un himno de los partisanos, que habla de bosques, brumas, sufrimiento y la necesidad de luchar.



Pese a que su fotografía sale en la portada de un periódico y es ensalzada en algún otro ella escribe en su diario que no entiende a que viene eso ya que no hace más que otros y llega a decir en él, poco antes de que la abatan, que no se siente útil.

Allí admite que se siente más segura en retaguardia, pero que una fuerza que no comprende la obliga a ir a primera linea, que no tiene miedo, que actúa fríamente,

El 17 de enero tras fijarse que en su batallón de las 78 que, inicialmente, eran ya solo quedan 6 presupone que pronto morirá ella también.

El 27 de enero, mientras trata de proteger a un oficial herido, un fragmento de metralla le hiere en el vientre. Es encontrada por dos compañeros, fallece al día siguiente.


Su persona

Muchas son las cosas que para bien me llaman la atención en ella.

Podría hablar de valentía y entrega, pero hay cosas igual de importantes o más.

Era libre, moral e intelectualmente. Lo demuestra que una y otra vez toma, a lo largo de su vida, decisiones en clara oposición a los dictados de su entorno: estudia contra la voluntad de sus padres,
se salta las normas para estar más tiempo con sus amigos, desobedece ordenes de sus superiores, mantiene en secreto un diario prohibido. No es su entorno quien le dice lo que debe sentir, hacer, pensar. De su entorno solo parece tomar los datos necesarios para decidir por si misma.

Quería estudiar, ignoro si por afán de saber o por lograr un medio de vida más satisfactorio para ella. Pero eso me parece muy importante.

Tenia buen gusto con los hombres: le gustaban los que eran un “buen muchacho” y por ello no los bravucones o egocéntricos.

Era muy sociable y profundamente empatica como lo prueba que para ella parece que no había nada más horrible que dejar abandonados a compañeros en peligro. Lo mismo indica su necesidad de ser útil para los demás y que entre sus ultimas palabras están las que le dijo a una enfermera lamentando haber podido hacer, lo que a ella le parecía, “tan poco”.




miércoles, 12 de noviembre de 2014

Roza, Raquel y yo

Recuerdo, como si fuera ayer, que, hace años, durante el conflicto bosnio, por no me acuerdo que cadena de televisión se emitió una minientrevista a una francotiradora bosnia que, desde la sitiada ciudad de Sarajevo, se dedicaba a cazar a los francotiradores servios, que disparaban indiscriminadamente sobre la población, con intención de sembrar el pánico y el caos.

Me gusto la naturalidad con la que hablaba y sobre todo aquella serenidad que emanaba de ella. Una serenidad “afilada” y en ese momento “enguantada” cual uñas de gato.

Quizá eso pesara cuando buscando información sobre una de las novelas, que fantaseo escribir y jamás escribo, me encontré con una imagen de Roza Shanina y un escaso puñado de palabras comentando la foto... Puede ser. O, eso pensé en un primer momento.

Con el paso del tiempo fui tomando consciencia de que en realidad fue otra cosa la que me produjo tan fuerte y favorable impresión al contemplar esa foto.



Una de mis antiguas amigas, con “derecho a roce”, tiene un asombroso parecido con la mujer de esa foto. No tanto en la cara, pero si completo en sus gestos.

La foto es un típico posado para la propaganda, no tiene nada de natural, y pese a ello no deja de entreverse, en ella, una serie de cosas. Me trasluce valentía, honestidad, sociabilidad, inteligencia...

También dolor, tragedia, secretos, falsedades.

Desconozco que de todo eso se encuentra realmente presente en la imagen y que parte la proyecto yo sobre ella desde mis propios recuerdos personales.

Hay incluso algo que me resulta amargo cada vez que contemplo la foto, que me hiere, pero eso seguro que no es por la foto, es por los recuerdos que la imagen despierta en mí.

Ya dos años antes de que esa amiga y yo llegáramos a cruzarnos por primera vez la palabra, siendo solo conocidos de vista, yo la admiraba por lo que le había visto hacer y lo que me habían contado de ella.

Una tarde, por fin, hablamos. A la tarde siguiente nos besamos. Pronto llego la cama. El mutuo contarse, abrirse el uno al otro. Al principio todo fue genial.

Luego todo comenzó a ser cada vez más raro, todo se complicaba con ella, todo se volvía difícil. Termine escapando de ella, aun hoy, tantos pero tantos años después, le sigo evitando. Pero sigo echando de menos a la amiga que fue al principio.

Mi amiga era, es, valiente, honesta, sincera, inteligente, solidaria, noble...

Esa es la amiga que hecho de menos.

Pero también era maniática, estaba firmemente convencida de que todos los hombres, por genética, son inmorales, egocéntricos e intelectualmente torpes; su padre incluido. Todos excepto su hermano, al que consideraba una especie de santo, pero santo tonto. Se encontraba inmersa en una fantasía tipo “chica lista pastorea chico torpe pero interesante”. Se enamoro, pero no de mí, se enamoro de un hombre que jamás he sido, pero que era el único hombre que ella veía en mí. Y, lo peor es que era totalmente sincera, esa era su forma de ver a los hombres.
Desorientado por la situación, sintiéndome impotente ante ello, lo hable con dos de sus amigos, uno de ellos también lo era mio. Ambos me dijeron lo mismo, que también a ellos les pasaba algo parecido con ella, pero que sus virtudes compensaban ese defecto y que eso era lo que había y que yo podía tomarlo o no, que era libre de elegir, pero que no creían que le pudiera cambiar su imagen sobre los hombres.

Y, no pude. Y, cuando vi que tenían razón y que no podía, entonces, le escape.

No, para nada recuerdo aquello con agrado. Me duele aun hoy.

Por eso al mirar la foto de Roza yo realmente no sé lo que veo. Pero dado que no son muchas las mujeres sobre las que puedo llegar a hablar en este blog, por si acaso, he buscado información sobre Roza, pensé que bien poco o nada habría, como no la hay sobre casi ninguno de los millones de soldados que lucharon en la IIGM, para mi sorpresa sí que encontré información sobre ella y admito ahora que, por méritos propios, Roza Shanina tiene un lugar en este blog.

Pese al parecido, a tener la misma expresión en el rostro que mi amiga, Roza se enamoro dos veces en su vida. La primera de Misha Panarin, al que ella misma califica de “buen muchacho”, lo que para mi amiga la convierte en una ingenua, pues para ella “buen muchacho” es una expresión formada por dos palabras que se excluyen mutuamente. No se ruso, pero al parecer, relatando sus sentimientos, ante la muerte de él ,ella escribió: “me amaba y yo a él también” , puede que en ruso no haya forma de confundir el verbo querer con el verbo amar, lo ignoro, pero me gusta que me de la sensación de que ella sabía diferenciar entre querer y amar

En fin, que la próxima entrada estará dedicada a ella.